Habiendo realizado la Muestra de Fin de Año del Proyecto Institucional de Nivel Inicial "100 Formas de Decirnos", los invitamos a ver las fotos de la muestra de cada sala y las fotos que se utilizaron para el video, que se encuentran dentro de la sección de cada sala.
El derecho a la libre expresión es uno de los más fundamentales, ya que es esencial en la lucha para el respeto y promoción de todos los derechos humanos.
Es expresándonos cómo nos comunicamos unos con otros. Expresan las palabras, los silencios, los gestos, las lágrimas, las sonrisas, las miradas, las canciones, las pinturas.
Queremos que nuestros alumnos conozcan y valoren "todas las formas de decir". Brindándoles la mayor cantidad de oportunidades posibles para que se expresen libremente, para que sean creativos, para que investiguen... Para que pregunten y cuestionen. Para que descubran, se equivoquen y tengan ganas de redescubrir. Para que el silencio sea sólo una eleción de ellos y no una imposición.
El niño tiene cien lenguas, cien manos, cien pensamientos, cien maneras de pensar, de jugar y de hablar. Cien... Siempre cien maneras de escuchar, de sorprenderse, de amar. Cien alegrías para cantar y entender, cien mundos que descubrir, cien mundos que inventar, cien mundos que soñar.
Cien... Siempre cien... Pero quieren quitarle noventa y nueve. Los adultos le dicen que piense sin manos, que actúe sin cabeza, que escuche y no hable, que entienda sin alegría y que ame y se sorprenda sólo en ocasiones.
Le dicen que descubra el mundo que ya existe y de cien le quitan noventa y nueve. Le dicen que el juego y el trabajo, la realidad y la fantasía, la ciencia y la imaginación, el cielo y la tierra, la razón y el sueño, son cosas que no van juntas. Y le dicen que el cien no existe... Pero el niño en cambio dice: "El cien sí existe".
Es expresándonos cómo nos comunicamos unos con otros. Expresan las palabras, los silencios, los gestos, las lágrimas, las sonrisas, las miradas, las canciones, las pinturas.
Queremos que nuestros alumnos conozcan y valoren "todas las formas de decir". Brindándoles la mayor cantidad de oportunidades posibles para que se expresen libremente, para que sean creativos, para que investiguen... Para que pregunten y cuestionen. Para que descubran, se equivoquen y tengan ganas de redescubrir. Para que el silencio sea sólo una eleción de ellos y no una imposición.
El niño tiene cien lenguas, cien manos, cien pensamientos, cien maneras de pensar, de jugar y de hablar. Cien... Siempre cien maneras de escuchar, de sorprenderse, de amar. Cien alegrías para cantar y entender, cien mundos que descubrir, cien mundos que inventar, cien mundos que soñar.
Cien... Siempre cien... Pero quieren quitarle noventa y nueve. Los adultos le dicen que piense sin manos, que actúe sin cabeza, que escuche y no hable, que entienda sin alegría y que ame y se sorprenda sólo en ocasiones.
Le dicen que descubra el mundo que ya existe y de cien le quitan noventa y nueve. Le dicen que el juego y el trabajo, la realidad y la fantasía, la ciencia y la imaginación, el cielo y la tierra, la razón y el sueño, son cosas que no van juntas. Y le dicen que el cien no existe... Pero el niño en cambio dice: "El cien sí existe".
